viernes, 22 de noviembre de 2013

El sendero de El Enamorado

“Fue la vav la encargada de representar al hombre como imagen de Dios y, tal como dice el Corán (2:28-32), como su vicario en la tierra. Y así, como enviado suyo, tuvo que abandonar la parte izquierda del Arbol, dónde estaba permanentemente a la vista del cielo, y pasar a unir las esferas de Bináh y Tiferet, la Madre y el Hijo. Desde entonces el hombre busca completarse para regresar a la Unidad y lograr así la Paz. Para trabajar en esta búsqueda el hombre elige una y otra vez entre las alternativas que le presenta la vida, y por eso la letra se asoció al Arcano VI, Los Enamorados, que representa el libre albedrío, la elección y la renuncia consiguiente a dicha elección, así como el cordón umbilical que debe ser cortado para separar al hijo de la madre y permitirle su vida independiente.”
Séfer Ha Neshamá (Jaime Villarrubia, Carmen Haut, Dulce Mª Millera)


La letra hebrea que corresponde al sendero es la letra ו Vav, la sexta letra del alefato hebreo, cuyos significados simbólicos son “hombre”, “hijo”, “enlace”. El Sefer Yetziráh dice de ella: “El hizo a la letra Vav reinar sobre el pensamiento, y la ciñó una corona, y combinó una con otra, y con ellas formó a Tauro en el Universo, el mes de Iyar en el año, el riñón derecho en el cuerpo humano y la mano izquierda en el alma, masculina y femenina”. La letra Vav forma parte del Tetragrama o Nombre Divino יהוה, concretamente del Nombre más escondido: וה. El número 6 es, en efecto, número del hombre, ya que fue creado en el sexto día.


El Arcano VI presenta a tres personajes, cuatro si contamos al ángel que dispara la flecha, identificado con generalmente con Cupido. Los tres personajes, un hombre rodeado por dos mujeres, muestran vínculos emocionales indudables, subrayados por las diferentes posiciones de sus manos tocándose entre sí. La mujer a su izquierda parece querer retenerle, mientras que la de la derecha, más joven y hermosa, apela a su corazón, que toca con su mano. El hombre mira sin embargo a la mujer a su izquierda, que parece mayor que la otra, pero toca a la altura del sexo a la joven de su derecha. Lo más lógico es pensar que la mayor es su madre y la más joven su enamorada. Pero él duda y no sabe por quien decidirse, como muestran sus pies, mirando cada uno en dirección opuesta. Y en un plano superior de la escena, Eros junto a un sol que derrama sus rayos, representa el Amor que procede de la divinidad. Eros simboliza la pulsión de vida, el crecimiento y la evolución, y el Enamorado debe elegir entre éste, representado por la joven, o el regreso a lo más seguro y conocido: el amor de su madre. Si opta por este último el “hijo” no se convertirá en “hombre” y Thanatos habrá triunfado. La interpretación tradicional habla de la elección de Hércules entre el “Vicio” y la “Virtud”. En cualquier caso, lo que está muy claro es que el hombre debe elegir, y la elección supone siempre una renuncia. Hay que dejar algo atrás para poder continuar el camino.


Así como el sendero de El Emperador representa al padre, ya que parte de la sefirá de Jokmah (Dios Padre) para llegar a Tiferet, el sendero de El Enamorado, que parte de la sefiráh de Bináh (Dios Madre), representa a la madre y, por extensión, a todo lo femenino. La Cábala reconoce dos tipos de madre: la madre fértil y brillante (Aimmá) y la madre oscura y estéril (Immá). Ambos aspectos están integrados en Bináh, pues, al dar la vida, la madre también nos da la muerte. Gracias a nuestra madre venimos al mundo, y gracias a sus cuidados prosperamos. De ella aprendemos el amor incondicional, que permitirá la necesaria separación cuando llegue el momento, momento que muestra el arcano. Ningún dirigente, por poderoso que llegue a ser, tiene el poder de una madre para un hijo, pues ella nos nutre, o no, y nos desteta cuando es conveniente, o no. Nada en el mundo puede llenar el vacío que deja la falta de amor materno, y nadie puede cortar el sutil lazo de una madre castradora que no permite que su hijo se independice. Nadie, salvo uno mismo.

La nutrición es una característica de la madre, y de su importancia nadie duda, pues gracias a ella nos mantenemos vivos, sanos o enfermos. La dieta que seguimos es muy importante para conservarnos sanos, pero no olvidemos que “No solo de pan vive el hombre…”. Igual o más importante es lo que nos entra por ojos y oídos, y esto lo saben bien quienes controlan los mass media. Más que lo que comemos debemos preocuparnos de con qué nutrimos el espíritu. Los alimentos prohibidos cambian según la moda o la religión, pero Jesús dijo que “No lo que entra por la boca contamina al hombre, sino lo que de ella sale. Porque lo que sale de la boca, del corazón procede”.


El sendero VI nos reta a elegir, y la libertad es la premisa para elegir y también la consecuencia de desapegarse, de la madre en un principio y de otras muchas cosas, y personas, después. Para ello es preciso reconocer de qué modo somos manipulados, pues la manipulación nos impide decidir con libertad. Los manipuladores suelen disfrazarse de madre o de maestro. Y como reacción surge la rebeldía. El rebelde quiere saber dónde están los límites, para traspasarlos. Pero libertad no significa libertinaje. El libertinaje es des-madre. La frontera que los separa sería el respeto a la libertad del otro, lo cual requiere seguir unas reglas de convivencia para todos.

En síntesis; El Enamorado muestra una encrucijada en la que debemos de tomar una decisión: tenemos que elegir y tenemos que renunciar a aquello que no hemos elegido. La pérdida, es pues inevitable.

TIPO DE SENDERO:  De conexión entre el Espíritu y la Mente.

DIRECCION DEL SENDERO: Ascendente. (Tiferet a Bináh). Bináh actúa a modo de “agujero negro” que nos absorbe, obligándonos a renunciar al lastre que nos impide unirnos al Espíritu. El aspecto destructivo de esta renuncia se refleja en la Madre Oscura, la diosa Kali, y en todos los sacrificios sangrientos hechos a la tierra para garantizar su fecundidad.

SIGNIFICADOS: La elección. La libertad. La renuncia. La madre y por extensión todo lo femenino y Yin. La nutrición. La manipulación. La sutileza. El aspecto emocional, frente al aspecto mental, representado por el El Emperador.

CORRESPONDENCIAS EN EL SER HUMANO: El pulmón y el oído izquierdo. El lado izquierdo del pecho. El sistema respiratorio. De perfil, los senos.

PROBLEMAS SI ESTA BLOQUEADO: Apegos excesivos, sobre todo a la madre. Excesiva emotividad, que impide pensar con claridad. Dificultad para decidirse, pues no se quiere renunciar a nada. Rebeldía que desemboca en libertinaje. Manipulación de los demás con métodos sutiles, las clásicas “artimañas femeninas”. Rechazo de la femeneidad en las mujeres, o bien el extremo opuesto: la muñequita hiperfemenina.

PROBLEMAS DE SALUD: Problemas relacionados con la nutrición: anorexia, bulimia. Afecciones del sistema respiratorio y los pulmones. En las mujeres, cáncer de mama.



Sobre el libre albedrío

¿Somos realmente libres? Veamos lo que opinan algunos hombres ilustres:

Einstein decía que todo lo que hacemos y vivimos está sometido a la causalidad, pero reconoció que es bueno que no podamos verla.

Tagore, en una posición intermedia,  puso el ejemplo del sistema musical en la India, donde el compositor crea una pieza pero permite una elasticidad que expresa la personalidad del intérprete, quien goza de cierta libertad en la interpretación.

Schopenhauer dice que un humano puede hacer muy bien lo que quiera, pero no puede querer lo que quiere.

Para Nietszche la libertad es algo que el hombre debe conquistar.

Jesús dijo que previamente había que conocer: “conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.


En la Cábala solo cuando el hombre atraviesa la barrera del Abismo puede considerarse libre. Aunque ¿Quién es el que se libera?